EL CERRITO
- Valerie Rodas

- 26 ago 2019
- 2 Min. de lectura
🌳 Debe su nombre a la virgen Del Carmen que el fraile Juan Corz, de la orden de San Francisco, trajo desde España en el umbral del siglo XVII, al religioso franciscano le pareció también que el lugar tenía un gran parecido al cerro del Monte Carmelo en Tierra Santa.
El domingo me despertaba muy temprano, durante mi infancia sabía que sería un día de actividades y en una época fue El Cerrito del Carmen el escenario de muchos recuerdos, entre ellos el de las hormigas que me picaban mientras recibía clases de guitarra al aire libre, aprendí poco porque realmente me molestaban los piquetes, el resto del día transcurría con mis padres supervisando que no fuera a rasparme las rodillas. Mi mamá me contó que cuando ella era una niña su abuelo la llevaba al Cerrito para lanzarse desde lo alto en un costal como medio transporte, imagino lo divertido que debió ser por la nostalgia con la que lo relató.
El Cerrito del Carmen es una ermita católica y un espacio cultural fundado en 1613, ha sido reconstruido después de los terremotos de 1917 y 1976. Se constituyó como parque público durante el gobierno de Jorge Ubico; agregando caminos, jardines y bancas patrimoniales construidas en 1930 por el ingeniero Rafael Pérez de León, el primer arquitecto graduado de Guatemala, a cargo de hermosas construcciones como el Palacio Nacional y fundador junto a MIguel Ángel Asturias de la Universidad Popular.
Con tanta historia el cerrito ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Nación siendo una de las más antiguas construcciones, parte de los principales monumentos coloniales de la ciudad. Fue también el punto de inicio para trazar la actual capital, Nueva Guatemala de la Asunción y a partir de la década de 1990 fue designado como el punto inicial del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala.
Las leyendas más populares han sido avistadas en los jardines o al menos eso cuentan personajes chapines como Héctor Gaitán, dicen que “La Llorona” y “Pie de Lana” andan por ahí; yo fui a recorrer el empedrado camino con mi gorra de “El Sombrerón” y afortunadamente no me lo encontré.
Y usted ¿qué vivencias tiene en el cerrito? 🇬🇹
“...mide medio metro d'ialto, usa un sombrero que no está en proporción con su estatura, al cual debe su nombre; y calza zapatos con tacón cubano, con los cuales hace un ruidito que es el que atrae a sus víctimas. Es muy buen jinete, pero, como es tan chico, monta a las yeguas en la nuca, y en los crines les hace, con sus mesmas manos, estribitos, que yo mesmo se las he vide a las yeguas después de que las ha montado. Es seductor y enamorado empedernido. Entra en las piezas sin abrir las puertas y li'adivina a uno el pensamiento…”
Francisco Barnoya (1906 – 1975) Abogado y notario, poeta, cuentista, historiador y periodista guatemalteco.













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