Abril, estaba sentada esperando su turno en la clínica, mientras que como parte de un voluntariado empresarial junto a compañeros de trabajo, le dejábamos una refacción saludable a su madre quien la reconfortaba con un protector abrazo. La bolsita de papel con alimentos y un mensaje positivo que plasmamos con marcadores unas horas antes, fue una cortesía de la Casa Ronald McDonald. Abril se veía cansada, con apenas 10 años de vida ya enfrenta un reto de salud indiscutiblemente desgastante, padece de enfermedad renal crónica.
Bromeé un poco con la pequeña antes de seguir mi camino y ella correspondió con una amable sonrisa a mis absurdos intentos de mejorar un poco su día. Seguimos el camino de los pasillos de la Pediatría del Hospital Roosevelt, observando a decenas de madres afligidas por la salud de sus hijos, unos en estado más grave que otros pero la mayoría de ellos con esa inocencia y emoción peculiar de la infancia. Curiosos, dispuestos a sonreír.
En 2018 hice este mismo recorrido, les conté de la visita por aquí también y fue tan impactante que la dejé plasmada en papel en mi libro Chapinópolis.
Lo que me sorprendió en esta ocasión fue llegar a una nueva Casa Ronald Mcdonald que a un hotel cinco estrellas, en mucho se le asemeja.
A través de la trabajadora social del Hospital Roosevelt, los pequeños pacientes y sus familias son referidos a hospedarse en alguna de las casas de Ronald Mcdonald, dependiendo del tratamiento que necesiten y de sus recursos económicos.
En palabras de la Fundación Infantil Ronald Mcdonald: “Muchas familias del interior del país viajan lejos de sus hogares en busca del tratamiento médico que sus hijos necesitan. Para un niño luchando contra una enfermedad, no hay mayor temor que estar lejos de sus padres; las Casas Ronald McDonald son un hogar lejos del hogar que permite que las familias puedan estar unidas en momentos difíciles.”
Existen tres casas en la Ciudad de Guatemala, dos en la zona 11 y una en la zona 1. Están al servicio de las familias ofreciéndoles comida, techo, entretenimiento y abrigo desde hace 15 años. Han albergado a más de 24,375 familias y han servido más de 695,254 comidas desde entonces. Existen más de 377 Casas Ronald McDonald en el mundo. La fundación se sostiene con donaciones de empresas privadas guatemaltecas y McDonald´s Guatemala realiza cada año el McDía Feliz, de este evento dona el 100% de la venta del BigMac a la Fundación Infantil Ronald McDonald, lo que representa el 70% de su presupuesto anual.
Para quienes no necesitan hospedaje, se les ofrece un pase del día que les permite utilizar las duchas y tener un momento de relajación en una cómoda área de regaderas con agua caliente y limpios vestidores. Inspira apreciar el trabajo de los colaboradores de la casa, siempre empáticos con los visitantes. Para casos como los de Abril, la estadía puede ser extensa, la casa no establece un límite de tiempo y por ello se les hospeda en habitaciones con televisor para distraer así su mente mientras cumplen con su exhaustivo tratamiento. Para las demás familias hay salas de estar con estas amenidades, incluso pueden dirigirse a la capilla de la casa si necesitan conectar con su fe.
Al ingresar a las instalaciones de Casa Ronald Mcdonald, los beneficiados reciben un kit de higiene personal y algunas prendas de vestir si así lo necesitan, se les entregan las llaves de una habitación completamente privada y dulcemente decorada. Sumado a ello, los niños pueden tomar un artículo del closet mágico, allí hay un tierno peluche esperando para acompañarlos durante su recorrido entre la casa y el hospital.
Jimena y Norma, parte del staff de la Casa Ronald McDonald, nos acompañaron en la preparación de decenas de refacciones para repartir en el hospital, nos recibieron con mucha alegría; Jimena nos acompañó durante el recorrido por la Pediatria, el personal de enfermería la saludaba con gusto y agradecimiento. Anuky, también siguió nuestros pasos por la casa, una mascota que con su nobleza acompaña la preocupación de estas familias y también disfruta las amenidades de las instalaciones, tanto que sabe perfectamente cómo utilizar el elevador que hace accesible el traslado para todos los pacientes dentro del hogar lejos del hogar.
La Casa Ronald McDonald es un espacio lleno de empatía y manos dispuestas a dar refugio a quienes están pasando un momento complejo de su vida. No cualquiera abre la puerta de su casa a un desconocido con una enfermedad. A mí parecer, representa lo que puede hacerse con una buena administración de fondos y la genuina voluntad de servir bien al prójimo.
¡Enhorabuena por proyectos como este que dan atención digna a quienes tienen menos privilegios! Gracias a quienes hacen posible la existencia de esta fundación.
