ALEJANDRO: PEDALEANDO UN DÍA A LA VEZ
- Valerie Rodas

- 1 jun 2022
- 4 Min. de lectura
Hace treinta y tres años nació Alejandro, en Chimaltenango, se trasladó a la ciudad de Guatemala y culminó sus estudios de Arquitectura en la USAC. Es habitual ver algunas de sus publicaciones, viralizadas en la red social de los pensamientos cortos e hilos cargados de todo un poco. Alejandro se describe en su perfil como alguien que avanza, para cambiar el mundo, un pedalazo a la vez. Su historia no es una que él quiera contar precisamente; personalmente considero que su espíritu es de inspiración y afortunadamente accedió a esta entrevista. Conversamos por teléfono, yo estaba nerviosa porque para mí, la muerte es algo que he conocido de cerca con personas muy importantes y es uno de mis mayores temores que tarde o temprano me alcanzará; Alex, como le llaman sus seres queridos, conoce también del dolor, su pérdida es reciente y yo no quería ser imprudente pero él fue franco, sin adornos, porque así es la vida en realidad, con sus claroscuros con los que algunos aprender a lidiar y otros no son capaces de soportar.
Actualmente este guatemalteco se dedica, en el ámbito profesional, a asesorar respecto a temas de movilidad, todos los días hace honor a su profesión utilizando y promoviendo la bicicleta como medio de transporte respetuoso con el ambiente, de bajo costo de mantenimiento y muy útil para la salud. Tiene dos bicicletas, no necesariamente de uso profesional sino tradicionales, me cuenta que lo ideal es evitar tener llantas delgadas para no tener problemas con el asfalto, afortunadamente no ha sufrido ningún percance y se moviliza tranquilamente por la ciudad. “¡Cuidado con los niños!” se lee en comentarios de personas que poco conocen de su historia, y es que Alejandro ha adaptado un carretón para llevar con él a sus pequeños en largos paseos por el centro histórico y otros puntos de la ciudad. Alex tiene una niña de 7 años y un niño de 4 años de edad, ambos se ven siempre emocionados y felices en las fotografías que comparte en su perfil. Cuando hablamos de sus hijos su voz que es grave con tono serio obtiene una modulación de ternura, no lo veo pero me imagino que sus ojos también se encienden un poco, me cuenta que su hija es, desde ya, muy consciente de los beneficios de este medio de transporte y ambos están creciendo con ello como un estilo de vida.
La paternidad para Alejandro no tiene matices, no hay padres ausentes, ni padres que no son responsables del cuidado de sus hijos, eso, entonces, no debe llamarse paternidad. Me comparte que es una idea que ha tenido clara desde siempre y es esto lo que lo mantuvo firme en su decisión de siempre hacerse cargo de sus hijos que son su motor, quienes le han curado a él el corazón con su inocencia y ternura. Alejandro acompañó a su esposa durante casi toda su carrera universitaria, escuchando atento los contenidos de Psicología en el CUM, esto le serviría más adelante para seguir con pasos firmes por la vida ya que ahora, el rol de papá es a tiempo completo, la responsabilidad de crianza, desafortunadamente, dejó de ser compartida en enero del 2021, luego de un año complejo por la pandemia, el desempleo y otros factores, vino lo inesperado, lo que sí cambiaría su vida, el amor de su vida desde su juventud, con quien planificó cada paso a futuro, murió. Ese día comenzó para esta familia, la nueva realidad, como dice él, la segunda parte de su vida.
Este papá en bicicleta ha escrito cientos de tuits compartiendo con la comunidad virtual un pedacito de sus días, su dolor, sus alegrías, sus logros, los momentos especiales con sus hijos y ha encontrado en ello una forma de apoyarse, de sentir el cariño de miles de personas que lo siguen. Me cuenta que le ha sido útil encontrar allí consejos, desde los más básicos de cocina hasta los más significativos para afrontar su duelo y las responsabilidades del día como padre, ya que aunque siempre ha tenido el apoyo de su familia y amigos cercanos, el interactuar con una comunidad tan amplia le ha ayudado a sobrellevar los días.
De la muerte de su madre, sus hijos hablan abiertamente, sus emociones no son reprimidas ni es, aquel trágico suceso, un tema tabú, y es que claro, la vida y la muerte son procesos naturales y este “Alcalde de la Bicicleta” como ya muchos le reconocen en dicha red social, le enseña a sus hijos cada día que la existencia en este mundo tiene diversas facetas y colores. Su nueva realidad le ha enseñado a existir sin inhibiciones, a no limitarse a tener solo un color, una canción o un platillo favorito porque su mente está abierta a disfrutar un poco de todo, a encontrarle gusto a las situaciones de fortuna y resiliencia a las de infortunio. El dolor de Alejandro no desaparecerá, se irá transformando en resignación, de momento le llevó a la comprensión que la vida puede cambiar en un segundo así que no hay nada a qué aferrarse, no hay prisa por poseer nada material, ni ninguna regla que no pueda cambiarse mientras haga bien al alma, el disfrute es a diario, las emociones no se reprimen y se vive un día a la vez.
Aunque él me deja claro que no lo considera así, quienes hemos observado, anónimamente, una porción de su vida, de sus letras que por cierto, son bastante acertadas y agradables de leer, le consideramos un referente de paternidad por el esfuerzo que hace para que sus hijos sientan lo menos posible la ausencia física de su mamá, enseñándoles a ser buenos ciudadanos, respetuosos, conscientes, seguros de sí mismos y amados, sobre todo, amados.
En el mes de la celebración del Día del Padre, consideré oportuno contar un poco sobre Alejandro, porque su historia inspira, porque no es el único padre que vive una realidad similar, como él, deben existir muchos hombres criando solos a sus hijos por diversas razones. A ustedes, gracias por esa paternidad responsable a la que la vida le agregó un poco más de dificultad pero aún así, la han sabido afrontar.








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