CAFÉ CON PAN
- Valerie Rodas

- 10 sept 2019
- 1 Min. de lectura
Una taza de porcelana color blanco, muy caliente consecuencia del agua hirviendo en su interior, café instantáneo porque era “más suave” para los niños; mi abuelita repartía el pan tostado. Aunque siempre me explicaron que era de mala educación lo siguiente lo hacían todos: “trac” era el sonido de la champurrada partida por la mitad lista para remojar, no más de cuatro segundos para que no se deshiciera en el café y de inmediato a la boca, suave, dulce y exquisita para degustar una tras otra; en ocasiones un francés con mantequilla acompañaba también la refacción. “Vendo y compro mejoral” se lee aún en esta antigua casa del barrio Gerona en la zona 1 de la ciudad, y al ver el anuncio en una tarde nublada los recuerdos de aquellos días se hicieron presentes, tal vez por el frío y esa loca costumbre de sentir nostalgia. De vez en cuando acompaño la puesta del sol con una taza de café... con pan.
Foto: Valerie









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