CALLE Y UN AVIÓN
- Valerie Rodas

- 12 jun 2019
- 2 Min. de lectura
Yo tenía unos 16 años y caminaba mucho por el centro de la ciudad, conocí a dos indigentes, muy cuerdos y amables, señores de unos 50 años, uno de ellos tenía una guitarra vieja, el otro me mostraba sus credenciales que validaban haber tenido una vida antes, la misma que en ese entonces se reducía a dormir en donde fuera posible debido a malas decisiones y abandono de sus familiares y amistades. Un día me senté con ellos a jugar cartas en un parque cercano a las instalaciones del INCA, la conversación era fácil, agradable y claro las personas me veían extrañadas, la pasamos bien. Le mentiría si dijera que el aroma de su ropa era agradable, era complejo no demostrar desagrado pero yo era joven, muy pocos prejuicios.
Nos reunimos un poco más de un par de veces hasta que un día recibí un fuerte escarmiento de mi madre por “esas juntas” y no era para menos, comprendo ahora su preocupación, les perdí el rastro.
La situación de calle en nuestro país no tiene estadísticas oficiales, en el avión que está expuesto en la Avenida las Américas vive esta señora, me aconsejaron no acercarme porque podría golpearme aunque he visto personas comer sentadas muy cerca de ella y no les ha hecho daño; ¿qué historia tendrá? ¿usted la ha visto?
Es interesante el contraste de fotografías que he captado de este avión, un lado muy verde y lleno de vida y otro lado que esconde quién sabe cuánto dolor y necesidad.
Estamos acostumbrados a ver personas que viven en la calle y eso no es normal, ¿cuál es el plan de las autoridades para reinsertar a estas personas a la sociedad? alguien debe interesarse por ellos, la vida da muchas vueltas y damos por sentado que nunca seremos quienes piden una moneda... ojalá y así sea y mientras no seamos quienes piden, seamos quienes regalamos una moneda o al menos, una sonrisa a estas personas.
Fotos: Valerie @ Guatemala City, Guatemala











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