CARAS VEMOS, ARTISTAS DESCONOCEMOS

Navegando en el infinito mundo de las redes sociales, me topé con Fernando Gramajo, un guatemalteco, antropólogo, que caminando por las calles de la zona 21 de la ciudad encontró a quien desde hace muchos años admira, él tiene su libro autografiado y copias de poemas que ella misma le había vendido en un bus tiempo atrás, por Q25. Esta vez la realidad tomó por sorpresa a Fernando, la aclamada poetisa, periodista y docente llevaba muchas horas sin comer.

Isabel de los Ángeles Ruano vive la séptima década de su vida casi en indigencia, si tiene un techo para vivir pero en soledad, sin luz, sin agua, sin medicamentos, sin comida; según me cuenta Fernando su don de palabra artística está intacto aunque ajena a la realidad, como en otro mundo, su mundo de letras. En el año 2001 en circunstancias muy distintas, el Ministerio de Cultura y Deportes le concedió a Ruano el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias.

“Luz azulada y besos distraídos, amnesia momentánea, afuera llueve. Siluetas, siluetas de días desaparecidos, alardear de vida, sin telones, con butacas inmóviles..”.

Extracto “Cinematógrafo” por Isabel de los Ángeles Ruano.

Delia Quiñónez, Premio Nacional de Literatura también, compartió a un medio hace unos años una agradable reseña de Isabel de los Ángeles, ambas estudiaron en el Instituto Normal Centroamérica –INCA-, graduándose de maestras en 1964. “La recuerdo inmensamente inteligente, pero sobre todo, comunicativa, alegre y cordial, con un gran sentido del compañerismo. Apasionada, pero al mismo tiempo reflexiva. Cuando llegó al INCA traía consigo muchísimas lecturas y el conocimiento a fondo de algunos grandes escritores de su predilección. Poseía un liderazgo natural que contagiaba a quienes, de una u otra manera nos interesábamos por la vida cultural de nuestro Instituto…” Quiñonez continúa “Su vocación poética era indiscutible, al igual que la decisión de dedicar su vida al ejercicio literario…” “El día de nuestra graduación, Isabel fue designada para pronunciar en nombre de nuestra promoción, el tradicional mensaje de despedida, honor por cierto, muy merecido por su calidad de estudiante.”

La carrera de Isabel de los Ángeles Ruano es un recorrido respetable y honroso para este país, comenzó a escribir en el Diario de Centro América en 1965. En 1967 publicó Cariátides, su primer libro, trabajó en radio, en periódicos y en el magisterio local en 1969. En 1978 se graduó de Profesora de Enseñanza Media de la USAC y concluyó la Licenciatura en Lengua y Literatura en 1978 y en 1979 ganó el Premio Internacional de Poesía en Argentina. Varios guatemaltecos le reconocen por su vestuario holgado, sus conversaciones profundas y poéticas en las calles del centro histórico, vendiendo copias de su trabajo, siempre con los zapatos bien lustrados y una boina.

Fernando no supo hacer más que brindar solidaridad a esta artista, ser humano y eminencia de las letras, conocida por pocos en su barrio, tachada de “loca” por algunos vecinos que desconocen la magnitud de los versos que aún recita. Gramajo le compró víveres y al publicar la situación de Ruano varias personas le han escrito para apoyar, recordemos que los alimentos nunca serán de más y ojalá las autoridades pudieran ser parte de un apoyo integral y constante para esta artista que hoy necesita sobrevivir. Si usted quiere sumarse con dinero o víveres, hágame saber y con gusto le pondré en contacto con Fernando o puede dirigirse personalmente a la vivienda de Ruano, la dirección exacta es 32 av. 8va. "A" 7-09 Justo Rufino Barrios, zona 21.