CARLOS DE TRIANA: DESDE SUS INICIOS HASTA SU CANCIÓN PREFERIDA
- Valerie Rodas

- 16 jun
- 7 Min. de lectura
“Yo no nací queriendo ser locutor, pero la vida me llevó, y me gustó tanto que me quedé y ya van 59 años.”
Escribir respecto a esta figura de la comunicación es una responsabilidad grande; es complejo encontrar las palabras para describir a quien ha dicho tantas, profesionalmente y en los medios más importantes.
El escenario de nuestra entrevista me parecía casi irreal, emocionante y emotivo: un estudio de grabación de TGW, a unos pasos de donde reposan fotografías de grandes de la voz, entre ellos, la de mi padre.
El guatemalteco, Carlos de Triana, nació un 28 de enero de 1943 e incursionó en la radio el 28 de julio de 1966 en la icónica emisora 5-60. Allí fue guiado por grandes compañeros de cabina, profesionales muy amables para instruirlo y compartir el conocimiento.
Crecí muy cerca de los medios de comunicación, porque mi padre era parte del gremio; sé distinguir a quienes respetan la palabra y actúan éticamente frente a un micrófono, no por alcanzar la fama sino por el poder de influenciar positivamente a través de proyección de la voz.
De Triana, me recibió con mucha calidez, con una humildad inesperada para su larga trayectoria, escuchando su voz, me transportaba a la infancia a esos días en casa, en familia, con la programación de Canal 3.
Su voz, indudablemente es una referencia para millones de guatemaltecos. De hecho, una reconocida agencia publicitaria reveló que era el locutor más creíble del país en una encuesta de imagen. Esto conmovió al comunicado porque ocurrió justo al cumplir 25 años de carrera.
Su nombre artístico lo recibió en sus inicios en la radio. Su nombre de nacimiento es, Raúl; me confiesa que es el que guarda la privacidad, la intimidad con su familia y amigos cercanos. Raúl es quien ha trabajado desde muy joven por sus ideales y por conformar su hogar.
Estudió en el Rafael Aquecehe, también en el Central para Varones. Se graduó a nivel medio, de maestro. En la universidad completó algunos estudios en Medicina y por ello, en su segunda década de vida. trabajaba como laboratorista. Sin embargo, por temas económicos dejò la carrera. Ademas sabía que en su vida faltaba esa sensación de satisfacción, de plenitud.
“Fui bochinchero, me equivoqué mucho, pero siempre aprendí de cada tropiezo.”
Entre risas y un poco de picardía me cuenta que le gustaba ser parte de movimientos políticos, disfrutaba la oratoria desde muy joven y esto gracias a un maestro llamado, Oscar Cárcamo, quien le impulsaba a pensar y a desarrollar el diálogo y la escritura.
Me narra como si fuera cualquier cosa que pasaba los sábados en la casa de Pepe González, y allí compartía junto al ilustre, Hector Gaitán, en vivo, contando sus tan recordados cuentos. Y confieso que eran esos instantes de la entrevista, en los que confirmaba que tenía frente a mí a una personalidad muy importante de la comunicación en Guatemala. Y entonces, me volvía a sorprender su carisma, caballerosidad y humildad para compartirme sus anécdotas.
Escuchar a Gaitán le animó a escribir sus propios cuentos y a leerlos en voz alta. Un día, Pepe le dijo que fuera a la radio a conocer el ambiente y 20 días después le abrieron el micrófono. Pepe González era nada más y nada menos que el director de la radio 5-60.
“No me abrieron el micrófono para decir tonterías, me enseñaron a respetar la profesión… ser comunicador no es hablar bonito, es saber de lo que se habla.”
Su primer programa en radio 5-60 fue Ritmo Club Delta, Compartió así con los grandes de la voz, Otto Soberanis, Roberto Rodas Molina y otros. Me hace saber que Roberto, mi papá, le ayudó junto a los demás profesionales a controlar los nervios, a sonreír y formarse.
Diafruté mucho durante nuestra interacción, la formación profesional de Carlos, misma que se refleja en su dicción, entonación, respeto; es que sencillamente, la conversación resultaba sumamente enriquecedora.
“Nuestro director nos obligaba a escribir, a leer, a vocalizar. Nos formó en cuerpo y alma para esta profesión… La voz no es para engolarse, es para proyectarse y conectar.”
Su carrera en TV comenzó hacia 1970, al pasar de la radio a Canal 3, donde debutó en “Alta Tensión”, tras cuatro años de sólida trayectoria radial. De allí en adelante, hacer televisión le fascinó también.
Raúl Antonio, ha pasado por un largo camino de retos y aprendizajes; su vigencia en los medios de comunicación se debe a su buena disposición para aprender. “Nunca digo no. Si puedo aprender, digo sí.”
Menciona constantemente la importancia que tuvo el locutor, Enrique Mendoza Hidalgo en su formación. “Nuestro director nos obligaba a escribir, a leer, a vocalizar. Nos formó en cuerpo y alma para esta profesión.”
Fue conductor oficial en tres visitas papales a Guatemala. Colaboró con la Teletón durante 25 años consecutivos como conductor y organizador. Visitó RTVE en España para participar en una producción televisada y este fue uno de los momentos más satisfactorios de su carrera. Aunque me aclara que lo que disfruta muchísimo, es el genuino cariño y calidez del público que le ha acompañado todos estos años.
Escucharle mencionar sus participaciones en el nostálgico “Desfile de Las Rosas” en Estados Unidos, me causó una sensación de emoción indescriptible, y es que en verdad, Carlos de Triana, guarda en sus seis décadas de carrera, momentos muy especiales de la vida de quienes crecimos acompañados de sus programas de radio y televisión.
El guatemalteco tiene una trayectoria muy sólida en diversas emisoras como Radio Mil, TGW, Metro Stéreo y FM Joya. En televisión fue conductor de programas destacados como Nuestro Mundo por la Mañana (Canal 7), Fabulosa(Canal 5), además de colaborar en emisiones internacionales como Sábado Gigante y Siempre en Domingo. Fue presentador por más de 25 años del certamen Miss Guatemala.
“En Teletón encontré el verdadero sentido de servir… Trabajé 25 años sin cobrar un centavo, porque esos niños sí son héroes.” me recalca con una mirada franca. De Triana es también un ser humano dedicado al servicio, y esto consciente de la enorme plataforma que tiene: “Uno no se debe servir del micrófono, uno debe usarlo para servir.”
Ha recibido numerosos reconocimientos, entre ellos la Orden Antonio Almorza, la Medalla de la Paz del Ministerio de Cultura, el Micrófono de Oro en Los Ángeles y los premios Ceiba de Oro y Voz de Oro, consolidándose como una de las voces más queridas y respetadas del país. Para él, decir la verdad es la regla de oro para comunicar. “Decir la verdad cuesta, pero es lo más bonito que hay.”
Es padre de familia, y se siente orgulloso de que, a pesar de lo demandante que es su trabajo, se considera un padre presente, y que ha sido testigo de la realización profesional de sus hijos, una de sus grandes satisfacciones, tal como la del día en que su padre le dijo que finalmente comprendía su elección de ser comunicador y que se sentía muy orgulloso de sus logros.
La cabina se nos hacía ya un espacio de confianza, la charla fluía naturalmente con diversidad de temas y recuerdos, por supuesto, yo valoraba sus interacciones en las que mencionaba a mi padre, me hacían recordar que ese preciso instante de mi vida era posible gracias a sus enseñanzas y su constante motivación para hacerme creer y cumplir mis ideas.
“Una buena mujer te cambia la vida; ella me sacó del ruido, del desgaste, y me trajo paz.” Su semblante se torna como el de un hombre enamorado al hablar de su esposa, me dice que ella es quien puede decirme si Carlos y Raúl son la misma persona. O si, Raúl Antonio, es quien recibe los jalones de orejas.
Percibo en el comunicador a una persona con ética, alguien a quien saludan con respeto y admiración en cada paso mientras recorrimos algunos pasillos de la histórica radio,TGW.
Carlos de Triana fue también catedrático universitario en la Universidad de San Carlos de Guatemala, y actualmente desarrolla un diplomado especializado en Maestría de Ceremonias para televisión. Impulsa activamente la Cámara de Locutores Profesionales de Guatemala, donde promueve diversos cursos, y también es presidente de la misma.
“No se trata solo de hablar bonito; hay que formar, educar y proyectar con propósito.”
El guatemalteco es claro al compartirme que rechaza completamente el elitismo dentro de la profesión, abriendo así espacio a locutores con méritos y experiencia, más allá de los títulos formales.
Ha luchado también por la seguridad social del gremio, promoviendo el Instituto de Previsión Social del Comunicador, así como una ley que garantice una sede propia y beneficios para los locutores.
“No me interesa que me recuerden por la fama, sino por haber servido. Quiero dejar posibilidades de mejor vida para los compañeros locutores. Sigo trabajando para que la voz de Guatemala tenga un lugar digno.”
Es momento de despedirme del locutor, el reloj avanzó rápidamente; nos tomamos algunas fotografías y yo observé, una vez más, la foto de mi padre colgada en la pared del “pasillo de los grandes”. Sentí que estaría orgulloso de mi por seguir mi intuición y un poco de sus pasos al abrir mi mente a escuchar y comunicar a través de la escritura.
Finalmente, hice las preguntas básicas para descubrir que la gallina en crema es su platillo favorito y que conociendo tanta música en su vida, no podría quedarme con la duda de cuáles son las canciones favoritas de Carlos de Triana.
“Las canciones son escenarios de la vida: cada una me recuerda un momento, una persona, un lugar.” Me compartió entonces algunos nombres que lleva en su mente: “Vuélveme a querer” de Cristian Castro, “Llegast de Roberto Carlos y Jennifer López, los Beatles o Crazy Elephant que le traslada a los mágicos tiempos de 5-60.
El comunicador desea ser recordado como una persona sencilla, servicial y humilde, que dejó un legado de formación y oportunidades para las nuevas generaciones de comunicadores guatemaltecos.
“Todas las cosas que hiciera en la vida debían tener un concepto; si no, no servían para nada.”
¡Qué honor tan grande! qué gusto da conversar con un guatemalteco de tal valor para la comunicación de este país.
“He trabajado 59 años, y aún sigo escribiendo, grabando y enseñando, porque esto es lo mío. La sencillez y la humildad deben prevalecer por encima de los niveles que uno alcance.”
¡Gracias, muy querido y estimado, Carlos de Triana! 🇬🇹 🎙️








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