🦠 EDUCAR EN TIEMPOS DE COVID: ÁNGELA 👩‍🏫

El abuelito escucha siempre el radio, su madre se dedica, entre otras cosas, a las tareas del hogar y esto incluye el ruidoso uso de la licuadora en la cocina. El bullicio cotidiano se convirtió desde el inicio del confinamiento es un reto para Ángela, una maestra de preescolar que apenas llega a los 30 años de edad, la pandemia trajo para ella un giro inesperado, las clases virtuales. 

Afortunadamente trabaja en un colegio privado que se adaptó fácilmente a la tecnología para seguir atendiendo las necesidades educativas de niños desde 1 hasta los 6 años de edad. “¿Maestra por qué estás en tu casa?“ era la pregunta más común al inicio de todo esto, hace 3 meses, con el paso de los días cesaron las dudas y los pequeños alumnos se adaptaron fácilmente a ver a su maestra a través de una videollamada. 

Para no alterar el bullicio cotidiano de su hogar, Ángela graba las clases para la plataforma virtual del colegio por la noche ya que los padres de familia son exigentes respecto a la claridad del audio de los videos y no es para menos, cualquier sonido puede ser una distracción para los más pequeños, desde el ladrido de un perro hasta el sonido de un helicóptero, por ello la quietud de la medianoche es el momento perfecto. Hay temas que pueden ser grabados y otros que deben ser en vivo, como un dictado, por ejemplo; para tener la atención de 14 preescolares es importante disfrazarse o utilizar accesorios llamativos; los niños ya aprendieron a encender y apagar el micrófono de sus computadoras, pacientemente, Ángela controla que no lo enciendan para hacer comentarios inocentes que desvien de los temas, cabe mencionar que al final de cada clase tienen un espacio para compartir dulces anécdotas y una que otra indiscreción que sacará el color a más de algún padre de familia. 

Ángela y sus compañeras no tenían idea alguna de cómo preparar material digital y mucho menos de cómo utilizar herramientas de video, edición, etcétera, pero la pandemia las empujó muy rápidamente a aprender y apoyarse entre ellas para lograr los mejores resultados en función del aprendizaje de sus alumnos, esto es algo positivo que esta Licenciada en Educación Especial ve del confinamiento, la modernización de los métodos de enseñanza y la cantidad de recursos que ahora se explotan en línea, desde hojas de trabajo digitales de matemáticas hasta stickers, que ya no van en la frente al final del día sino en la calificación de una tarea vía correo electrónico. El celular personal es también un canal abierto 24/7 para los padres, donde resuelven dudas, hacen observaciones o incluso se desahogan de las travesuras de sus hijos; si bien las clases parecieran tener un horario establecido, el trabajo adicional como calificar y preparar material ha hecho esta labor una de jornada completa y media más. 

Los padres de familia también han enfrentado retos desde casa, algunos apenas comenzando a conocer el verdadero temperamento de sus hijos y otros que después del trabajo llegan a repasar los videos de las clases, los horarios son extensos tanto para las educadoras como para los padres, los niños necesitan ayuda para utilizar la computadora por lo que requieren la supervisión de un adulto y esto significa también constante observación para las maestras, algo que puede ser incómodo cuando surgen comparaciones respecto al estilo de enseñanza de cada educadora, y es que hay que tomar en cuenta que cada ser humano tiene una personalidad distinta. Algunos padres optaron incluso por no continuar con los servicios del colegio porque la corta edad de sus hijos no hacía muy sencilla la experiencia virtual.

Mientras Ángela me compartía su experiencia no podía dejar de pensar que ahora más que nunca debemos felicitar a los maestros, especialmente en su día, 25 de junio, porque la labor de educar en tiempos de COVID-19 no es para nada sencilla. 

Ángela reconoce que tiene la suerte de trabajar para un colegio privado que se adaptó y brindó fácilmente las herramientas de aprendizaje ya que brinda asesoría a un centro educativo en el interior del país y allí los retos van incluso desde el acceso a internet, aún así me comparte emocionada que es admirable cómo en circunstancias más complejas los maestros logran adaptarse; y es que eso hace un maestro, educar, siempre con ánimo y pasión para formar a los ciudadanos del mañana.

¡Gracias queridas y queridos educadores guatemaltecos! por su creatividad, adaptabilidad y entrega total a enseñar 🇬🇹🍎