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EN TUC-TUC 🛵

  • Foto del escritor: Valerie Rodas
    Valerie Rodas
  • 1 may 2019
  • 2 Min. de lectura

Con aquel calor de ese mediodía caminar no era una opción cómoda y en el momento preciso apareció el “Tuc-Tuc” que por Q15 me llevaría junto a mi acompañante desde la entrada hacia el centro de la Antigua Guatemala. Como ya es costumbre desde que hago públicos mis relatos no dudé en entablar conversación con el chofer para dejar por escrito las vivencias del día a día de esta profesión que es cada vez más común en Guatemala.

Era un vehículo de tres ruedas marca “Piaggio” de color rojo, amplio, con capacidad para 4 pasajeros y valorado en Q38,000 en OLX; se les conoce popularmente como “Tuc-Tuc” por el sonido que hace el motor y es un transporte muy popular en Asia desde 1960.

Por regulaciones de la Municipalidad únicamente se puede transportar a 3 pasajeros por seguridad ya que por las piedras de la ciudad colonial, la estabilidad es un riesgo si se sobrecargan las unidades. El conductor a quien llamaremos “José” me cuenta que ya no hay posibilidad de comprar “líneas”, es decir el permiso para circular si él quisiera hacer la inversión de un Tuc-Tuc propio, el que tiene es alquilado y debe pagar una renta de Q200 al día, el combustible corre por su cuenta también pero los servicios menores y mayores los cubre el dueño.

José trabaja 12 horas al día para obtener una ganancia digna, es residente de Antigua Guatemala y lleva más de 3 años circulando, me cuenta que la mayoría de habitantes en Antigua son extranjeros y de la alcaldesa no tiene una buena imagen a su parecer “no es del pueblo” sino está siempre escondida de actos públicos, ojalá y sea sólo su percepción; mientras conversamos cada cuadra transitada en el Tuc-Tuc parecía deporte extremo, las piedras hacen que durante el recorrido le brinque a uno hasta el alma.

Le pregunto a José qué considera él como habitante que podría mejorar en esta histórica ciudad y en tono de broma me respondió “mire seño aquí hace falta arreglar las calles, hay muchas piedras…” nos reímos y llegó el momento de bajar de la unidad. Me gustan estos vehículos así que ese mismo día compré en el mercado de artesanías un adorno magnético de Tuc-Tuc para mi refrigerador.

¡Muchos éxitos y saludos a los “tuctuqueros” del país! 🇬🇹

Foto: Valerie




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