GUATEMALTEQUISMOS 🇬🇹

“¡Ve, es que se lo dije!” exclamó con la voz aguda de desesperación, y ahí iba el güiro arrastrándose con las canillas aguadas y chorreando en llanto a acurrucarse en los brazos de su madre, no era para menos si andaba con la ficha medio partida, casi se abre la shola, todo por la necedad de andar en tishas; como cayó de panza tenía el pobre ishto, la timba raspada, cachito y se revienta la jeta también, menos mal no cayó de cutete.

Era chambón para potranquear y el piso estaba resbaloso por un chipichipi de horas atrás. Su madre poco pudo prevenir porque estaba entretenida en el güirigüiri, arreglándose el chongo, en plena casaca con la vecina cachureca. Los chuchos y shutes observaban la escena, ya estaban levantando bolas “...es que ella lo pijaseó, es que ella por andar con el casero no lo vió, es que ella…”

Chulo el patojo se secó el llanto sentado en la banca del parque, se le pasó el berrinche, la nana le zampó los zapatos y con un helado de carreta olvidaron el susto de aquel trancazo.