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HA SIDO SUFICIENTE

  • Foto del escritor: Valerie Rodas
    Valerie Rodas
  • 12 feb 2020
  • 4 Min. de lectura

Hace algunos años mientras viajaba en una camioneta, un hombre se colocó detrás de mí en la aglomeración para bajar del bus, frotó sus genitales con mi espalda y los dejó al descubierto, inmediatamente me volteé para alertar de la situación a la multitud, el hombre de apariencia “normal” fingió que estaba hablando por celular y nadie hizo nada, yo alcancé a insultarle con todas las vulgaridades que mi vocabulario conoce, la rabia me recorría y el asco me causaba escozor mientras caminaba a casa, apresurada porque era de noche y la noche, especialmente para una mujer significa peligro. Más cercano aún me sucedió que un amigo al que consideraba una persona de confianza, comenzó a platicarme una noche vía whatsapp, de una manera casual, de temas sin relevancia, insistió en que deseaba tener una videollamada, mi negativa fue clara porque lo sentí fuera de lugar, me despedí y al despertar al día siguiente vi mensajes que me había enviado en la madrugada de fotografías de sus genitales, inmediatamente después de enviarle un mensaje más que de rabia de conciencia respecto al respeto, fue eliminado y bloqueado de mis contactos, años de amistad se perdieron por una falta de respeto a mi criterio, intolerable; historias de estas tengo varias por desgracia. Este texto incomoda, duele, y lo más preocupante, es indiferente aún para muchos, hay quienes se detendrán pronto en la lectura porque solamente estaban interesados en la introducción, el morbo es lo único que se viraliza.


En esta semana las noticias me han alarmado más de lo normal respecto a lo complejo que es nacer mujer, no, no soy feminista ni odio al género masculino, conozco hombres excepcionales. Sucede que naciendo mujer uno aprende a cuidarse, es un hecho que en algún momento de la vida nos tocará ser acechadas por un hombre que nos ve como el sexo débil y un objeto sexual. Tenemos que ser cuidadosas al caminar por las calles, al transitar en buses, y al menos alguna vez en nuestra existencia tendremos que pasar el incómodo momento de un tocamiento indebido, eso con suerte porque hace unos días, en este país, a una niña de 12 años la calcinó su tío político, esto es algo doloroso y terriblemente dramático.


Una joven en el extranjero fue violada y el video de su violación fue subido a una página pornográfica, que luego se disculpó argumentando que ellos tenían contenido para todos “los gustos”, derivado de la “libertad de expresión”, me parece una postura egoísta del entendimiento del dolor ajeno, y es que una cosa son los “gustos” y otra son los daños que causan esos “gustos” que son en realidad una enfermedad mental. Otra noticia informaba de un sacerdote que decía que el aborto si mata, la pederastia no, entiéndase este último término como el sexo con menores de edad, niñas en su mayoría, es decir, cómo es esto posible, cómo un líder religioso condena la muerte más que un abuso sexual que es de nuevo, mayormente cometido hacía niñas. En México, el director de una institución educativa violaba niñas, decenas de vidas destruidas; otra noticia también en México explica cómo la mutilación de una mujer fue titular, a manos de su conviviente, las fotos fueron viralizadas y no la desgarradora muerte como tal.

En Guatemala los casos son muchísimos, de toda índole, una joven presentaba en twitter cómo un señor de traje y corbata se dedicaba a acosar mujeres en el transmetro, una amiga me contaba recientemente que en la universidad fue víctima de un asalto y la respuesta de los cuidadores fue que “estaban asaltando a las mujeres porque era más fácil”y la lista realmente puede seguir durante miles de párrafos, y no faltará quien diga, “pero los hombres también sufren abusos”, por supuesto, pero en muchísima menor cantidad, lamentable también porque ninguna vida merece ser irrespetada, pero realmente hay una problemática respecto a ser mujer en una sociedad donde está normalizado el “cuidate porque sos mujer” y es que perdónenme la franqueza pero es horrible existir con el terror de que cualquier hombre puede abusar sexualmente de nosotras en nuestro diario vivir si no tenemos precauciones.


Es claro que la dinámica debe cambiar, no debe ser nosotras cuidándonos sino creando educación en los hombres respecto a que deben respetarnos y dejar de identificarnos como el sexo débil, como cuerpos para satisfacer sus deseos; ningún ser humano puede reducirse a esto y si, es definitivamente más complicado ser mujer que ser hombre respecto a violencia de todo tipo, es innegable, las cifras desgraciadamente, lo demuestran.


Hombres con valores,  salud mental y respeto hacia los demás, ayúdennos a divulgar en su círculo el mensaje, estoy segura que conocen a alguien que aún se refiere a nosotras como “culito”, que comparte videos pornoográficos o fotografías de abusos, que disfruta ir prostíbulos para “relajarse”, uno a uno tenemos que cambiar el discurso porque ser mujer no puede seguir siendo sinónimo de víctimas de violencia sexual, física y psicológica, merecemos respeto y la libertad de haber nacido mujeres, con senos y glúteos que no son para satisfacer una cultura machista.



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