INFAME
- Valerie Rodas

- 24 oct 2022
- 2 Min. de lectura
Sábado, día de descanso para algunos y de más trabajo para otros, el sol de mediodía es agotador, los perros callejeros lo reflejan en sus cuerpos alfombrando las banquetas del sector, las actividades del día transcurren con aparente calma. Una venta de pollo frito está al servicio de sus clientes que llevan en mano una bolsa con tortillas calientes listas para abrazar la crujiente pieza que es sabrosa y amigable con la economía.
Y allí está él también, con la cabeza ausente de cabello y sensatez, pantalones holgados y camisa algunas tallas más grandes que su torso; deja pasar a los clientes para que compren sus piezas de pollo mientras él se recuesta en su motocicleta que resalta por su color chillante y algunas calcomanías que evocan fuerza y poder.
El local está vacío de nuevo y el hombre ingresa acercándose al mostrador, coloca sus brazos extendidos en la reja de seguridad, agarrando con fuerza los barrotes y abriendo sus piernas levemente formando una equis con sus extremidades, adoptando una posición similar a la de un primate, infundiendo terror.
Cruza algunas palabras con el joven que atiende el local y recibe a cambio una bolsa de plástico en la que se distingue la silueta de un fajo generoso de billetes, lo introduce en sus amplios bolsillos dejando asomar una ingrata sonrisa de satisfacción, se sube a su motocicleta y gruñe con el motor, advirtiendo a cualquiera que esté cerca del peligro que su infame presencia representa.
El encargado del local, quien se esfuerza trabajando largas jornadas, acaba de entregar una parte de las ganancias del negocio a un hombre que no hizo nada más que acordar un cínico precio para no apretar el gatillo, como si fuera el dueño de la muerte, el enemigo de la vida, la extorsión quedó pagada un caluroso sábado, a mediodía, en las calles en las que aparentemente, todo transcurre con calma, los perros descansan.








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