¡LA CUENTA, LOS PLATOS, RÁPIDO!

Tiene cejas pobladas, tez morena y una mascarilla que oculta la sonrisa que se asoma nerviosamente en los bordes de sus ojos cada vez que un cliente exige de todo un poco, atención, rapidez, un café, más agua, otro plato, otro juego de cubiertos, servilletas adicionales, ¡la cuenta, la bendita y atrasada cuenta!

Habla a través de su micrófono anunciando por enésima vez a sus compañeras que necesita dos botellas de agua pura, una vez más las botellas no llegan; él está atareado, se asoma con un brazo cubierto de platos que van llenos de comida, un mal movimiento y todo podría derrumbarse, ¡qué desastre!

Coloca los platillos amablemente frente a cada comensal, ¡3/4 los huevos eran a término 3/4! se disculpa, corre a cambiar la orden, regresa apresuradamente como siempre, limpia dos mesas al mismo tiempo, toma el aparato móvil para procesar el pago de una familia y les avisa, como si no tuviera ya suficiente, que un problema con el sistema le impedirá emitirles una factura impresa, pregunta si la desean llena a mano, ellos indican refunfuñando que no es necesario.

Da un respiro profuuuuuuuuuuuuuuuundo mientras recuesta los brazos durante unos segundos en su estación de trabajo que está llena de papales, de ordenes. ¡Las botellas de agua pura! finalmente llegaron pero tarde y los clientes se fueron molestos; nuevamente pide apoyo en el micrófono porque no da más aunque durante mi observación, hizo un excelente trabajo, esforzándose en solitario.

Le pido la cuenta, llega rápidamente y me indica el total, se disculpa por el bendito tema de la factura, solamente le sonrío y le digo que ha hecho un excelente trabajo, me mira fijamente como si nadie se lo ha dicho en mucho tiempo y a casi carcajadas nerviosas y desesperadas, me agradece. “Tiene usted mucha paciencia” le digo, me responde casi satisfecho luego de analizarlo “…si señorita, bastante…”

Mi momento observando tal caos fue corto mientras disfrutaba de un desayuno, para él esto pasa todos los días. A las meseras y meseros amables y chispudos ¡muchas gracias por cada plato servido!