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📼 LOS 90s Y ALGUNOS RECUERDOS 📀

  • Foto del escritor: Valerie Rodas
    Valerie Rodas
  • 28 ene 2021
  • 3 Min. de lectura

Vi un “meme” escolar noventero que me causó muchísima gracia; algo que no reflejo en mi escritura, por los temas que expongo, es que reír es una de mis cosas favoritas. Y los recuerdos de las situaciones vividas en la infancia o juventud tienen potencial para reírse de uno mismo.


Principalmente con los cortes de cabello y los peinados, nací a inicios de los 90s y por ello pasé una infancia con corte “estilo honguito” y una adolescencia con el clásico “camino al medio”. En esos años el pelo en la cara no parecía ser un problema, se cubrían bien las inseguridades posiblemente; estaban de moda los “piojitos” y los “rayitos”. De la vestimenta, eran tendencia los zapatos con plataformas, pantalones acampanados o estilo comando y blusas estilo “un hombro” o suéteres en la cintura, todo consecuente con los artistas del momento.


¡La música! Britney, Cristina, N’sync, Backstreetboys, Westlife, JLo, Big Boy con el clásico trabalenguas de “Mis ojos lloran por ti”, Fey, Kabah, Onda Vaselina, El Chombo y sus “cuentos de la cripta” que creíamos eran “vulgarismos” sin tener idea de las barbaridades que existirían 20 años después, y así muchísimos más que esperábamos con ansias escuchar en la radio, la misma radio que en ocasiones funcionaba de cupido dando mensajes al aire hasta con números de teléfono de casa, porque no habían celulares de fácil acceso, y el clásico anuncio de “la mochila escolar de Alfa Súper Estéreo” aunque me sabía la canción ¡nunca tocaron a mi puerta! el jugo de moda era el de “limoranjamandarinanaramandarilimonmamdarilimonmaranja”.


En el centro educativo, no podía faltar el show de talentos, semana cultural o lo que fuera para hacer la infaltable coreografía, nada que envidiar a los “tik-toks” actuales; aquellos eran bailes fríamente calculados, ensayados una y otra vez, con la dirección y pasos de quien supiera bailar; el comienzo era desde el piso, ahí estaba uno con los nervios en el estómago, tambaleándose de rodillas con la cabeza inclinada, esperando el “play” de la radio grabadora acomodada cerca del micrófono, pensando en a quién voltear a ver si se olvidaba un paso, y ¡boom! sonaba “bye, bye, bye...” de N’sync y sorprendíamos levantándonos enérgicamente del piso para comenzar a hacer pasos imitando marionetas, en nuestra mente, aquello era épico. La vestimenta para las coreografías debía ser similar para hombres y mujeres, usualmente playera blanca y unos jeans, nos sentíamos estrellas.


En tecnología, el “tamagotchi” era lo más deseado o un “gameboy”, un walkman o un discman daban reproducción continua al mismo cassette o cd, nada de “descargar música”. De internet, ni pensar, era ¡carísimo! y en un disquete de 1.44 MB guardábamos la fotografía de nuestra caricatura o artista favorito, Leonardo DiCaprio por “Titanic” o algún personaje de “Rugrats: aventuras en pañales” o “Los Picapiedra”. De novelas, “Luz Clarita” y “Cómplices al Rescate”. Éramos felices en patines o bicicleta y para hacer más emocionante “la vuelta” bastaba con colocar un envase a la llanta para que “tronara” como motocicleta. De útiles escolares, con suerte presumíamos borradores con aroma y lapiceros “gel”. Las mayúsculas siempre con rojo al igual que los márgenes de las hojas.


Qué alegre es recordar, cada quien conforme a su generación y posibilidades, siempre he dicho que envidio a quienes crecieron con música disco, baladas ochenteras y clásicos como “Besos de ceniza” de Timbiriche o “Ven claridad” de Los Chicos, cada época con lo suyo. Quedo atenta a sus recuerdos...



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