PEQUEÑA Y ESCALOFRIANTE HISTORIA
- Valerie Rodas

- 17 may 2020
- 1 Min. de lectura
El perro más pequeño corre desesperadamente por la casa olfateando, con las pupilas dilatadas, está dando el aviso que nadie quiere recibir; el perro más grande corre de la misma manera pero sorpresivamente, contrario a su tamaño, está buscando un refugio.
Hay caos en el hogar, alguien está teniendo un ataque de pánico, tratando de separar sus pies del suelo ayudándose de una silla: la otra persona que habita expresa su temor vociferando una que otra barbaridad mientras siente que su arma más letal es la que utiliza cada día para limpiar.
Los bandos son claros; un perro y un humano no están disponibles, el otro ser humano y el canino más pequeño están a cargo de la misión. Los movimientos son confusos, hay nuevas pistas a cada segundo, los gritos continúan, la escoba que es ahora un arma pasa golpeando cada rincón, el pequeño perro ladra con desesperación, con las pupilas cada vez más atentas a la acción.
Finalmente el enemigo ¡se hace visible! asoma su oscuro rostro, bordea las paredes ¡a toda velocidad! logrando escapar ileso; una escalofriante escena, de película de terror, pareció aquello.
Y así, en cuestión de minutos, aquel diminuto ratón, con su presencia e inmediata ausencia, se esfumó con la paz de aquel hogar 🐭 ¿volverá?









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